El Coronavirus y sus consecuencias inmediatas en la economía y en las empresas están provocando dos tipos de comportamientos: los que actuan como víctimas irresponsablemente y los que deciden ser líderes de la situación y de sus equipos, con todas las responsabilidades que ello conlleva.
Una de las mayores dificultades que se nos presentan en la tarea de ser coach de ejecutivos es el estudio y la compresión de las distinciones: las distinciones son los diferentes significados que una misma situación puede provocar en la misma persona. Sin duda es un enriquecimiento el poder ver las diferentes caras de la misma historia, y esa es nuestra tarea en momentos como este. Una distinción siempre conlleva a la acción. Si nos quedamos mirando solo la parte negra de las cosas jamás veremos la necesidad del movimiento.
Y es que ante la crisis del coronavirus, los dueños y directivos de las compañías ( grandes, medianas , pequeñas o muy pequeñas) tienen dos opciones: paralizarse, o crear. Es decir, ser víctimas o líderes. ¿qué hace una víctima? Una víctima mira hacia al pasado, busca culpables siempre en el pasado y en otros, no es capaz de mirar hacia futuro, no es responsable, huye del problema, jamás aprenden de sus errores, son impotentes ante cualquier adversidad. Al fin y al cabo, aceptan la resignación como su forma de vida. Yo no puedo hacer nada porque la culpa no es mía y esto lo deben solucionar otros.
La víctima se escuda siempre en la resignación , en el » yo no puedo hacer nada porque esto no depende de mi «
¿qué hace un líder? Un líder, por el contrario , recapacita , piensa y lo que es más importante : actúa. Se hace responsable de la situación. Es capaz de dar respuestas . A mi me encanta dividir la palabra responsabilidad en respon – habilidad. Es decir, es capaz de al menos intentar buscar respuestas en si mismo para modificar la situación y también preguntarse por la responsabilidad que uno mismo tiene ante la situación generada. Mira hacia el futuro. Intenta construir, aun sabiendo que en el camino de esa construcción indudablemente habrá fallos. Se responsabiliza de la situación ante los suyos y será capaz de reconocer esos fallos, pero también de hacerse más fuerte ante los mismos. Es de lo que todo el mundo hoy habla: de la resilencia, hacerse más fuerte ante la adversidad.
Un líder se pregunta ¿qué puedo hacer yo , aquí y ahora , para mejorar esta situación?
Llevo varios días oyendo hablar de la catástrofe económica casi incluso más que la propia situación de la salud de los españoles, que es ya de por si preocupante. Hoy he asistido a uno de las numerosas «conferencias a dos» públicas entre dos expertos del mundo de la restauración y la hostelería. Muchos de sus socios (restaurantes, hoteles, bares…) abogan por un presente inmediato terrorífico. Tendrán que cerrar sus puertas, echar a sus empleados ( cocinas, recepción, camareros, atención al cliente, limpieza, administrativos)… porque son incapaces de ver un futuro más allá del de mañana. Sin duda , y en parte, tienen razón. Pero la desgracia, afortunadamente, no vendrá para todos. Toda crisis deja en el camino a unos cuantos que no resisten porque la cuerda termina rompiéndose. Indudablemente todos vamos a tener que estirar la cuerda al máximo. Pero tenemos y debemos lograr que la cuerda no sólo no se rompa, sino que salga más fuerte, preparada para más batallas.
Ahora es tiempo de cambiar la gorra de jefes a personas. Ahora es cuando la inteligencia emocional debe estar por encima de cualquiera de nuestras decisiones. Ahora es cuando debemos actuar , pensar y decidir. No podemos quedarnos parados. Y tendremos que desarrollar escenarios , el A, el B , y si hace falta , también el Z. Porque lo importante es imaginar un final feliz, un final donde todos estamos más fuertes que ahora. ¿tu has decidido ser líder o ser víctima?