Es uno de los grandes misterios de la humanidad. Durante siglos la gente ha aprendido a considerar el dinero como fuente de felicidad máxima. Y muchos de los estudios realizados al respecto con millonarios lo confirman. Pero el origen de la felicidad asociada no está asociado al dinero de por si, sino a lo que conlleva tener dinero estadísticamente hablando.
Mayor número de eventos, mayores y mejores relaciones humanas y de amistad, mayor oportunidad de decidir lo mejor para nosotros en la vida. Son las tres principales razones asociadas a la felicidad, presentes en muchos de los billonarios entrevistados para un estudio sobre felicidad y riqueza. Por tanto, no es el dinero en si, sino las oportunidades que conlleva ese dinero en cuanto a lo que realmente nos hace feliz. Podemos por tanto decir que el dinero si da la felicidad, pero la felicidad no tiene su origen en el dinero.
Una vez discutía con un amigo sobre si jugar o no a la lotería primitiva. Sus conclusiones fueron muy graciosas, porque afirmó que tenía más posibilidades de recibir el golpe de un rayo tres veces seguidas en mi cabeza a que la lotería llenara mi cuenta corriente. Lógicamente la conversación derivó a continuación en que la felicidad y el dinero no tienen porque ser primos hermanos. De hecho, he conocido por mi trabajo de coach profesional a muchísima gente que podría ser considerada millonaria, y con una infelicidad a sus espaldas del tamaño de un gigante.
Por tanto , el ser millonario no asegura la felicidad, aunque predispone para ello.
La gente que comete el error de relacionar siempre dinero y felicidad tiene un concepto de felicidad erróneo. Para empezar, piensan en la felicidad como un destino, y no como un camino. La felicidad no es algo que podamos alcanzar, sino que es la actitud que tomamos ante el camino de la vida. Estadísticamente se demuestra que las personas que tienen mayores y mejores relaciones, así como las personas que tienen un mayor autoestima son más felices. Estadísticamente hablando el dinero nos puede traer un número mayor de relaciones. Pero también un poder de decisión mayor. Porque el número de eventos en los que decidir crecen en línea con lo que lo hace nuestra cuenta corriente.
El sentirnos útiles, el poder tomar decisiones, el ver las consecuencias que esas decisiones tienen sobre nuestras vidas, nos hace más felices. Pero todo esto podemos lograrlo sin necesidad de tener una cuenta corriente con millones de euros en su saldo.
La felicidad hay que currársela, no aparece por factores externos, sino por una actitud ante la vida.
Otro estudio sobre la relación entre la felicidad y ser millonario que realizó la universidad de Harvard trajo unas conclusiones sorprendentes. Si quieres que el dinero te haga feliz, debes obtenerlo con esfuerzo y por tus propios actos. Es decir, que heredar dinero , por mucho que sea, tampoco te hace feliz de por si. Es más, La relación entre el dinero muestra que el dinero es importante para el bienestar psicológico, pero con rendimientos decrecientes: la «cantidad de felicidad» entre las personas con ingresos de entre 50.000 y 75.000 euros es mayor, por ejemplo, que la de personas con ingresos de entre 75.000 y 100.000 euros.
Principalmente porque a no ser que te llames Jeff Bezos, siempre podrás tener más , y siempre creerás que tener más te hará más feliz. En vez de disfrutar de lo que tienes, sea lo que sea, tienes tu objetivo puesto en conseguir más. Y eso es un error garrafal.
Como conclusión, el dinero lógicamente ayuda, especialmente en cuanto a bienestar sociológico y social. Pero no solo. Todo es cuestión de actitud. Rodearse de buenas personas, sentirse poderoso tomando decisiones o viendo el presente como un regalo es lo que realmente nos hace felices. Y por cierto, a partir de ahora te recomiendo que no digas «soy feliz» , sino «estoy siendo feliz»… verás lo que te cambia la vida con tan sólo cambiar algunas de las palabras que utilizas en ella.
Hola Diego, me ha encantado encontrarte de nuevo despues de tanto tiempo. Por si te acuerdas de mi soy Jose Luis González Avila, si recuerdas trabajaba para el club Balonmano Alcobendas, cuando aun estabas en Heineken. Me encantan todos los artículos que hasta hoy he podido ver.
Un cordial saludo y cuidate mucho
¡muchas gracias José Luis! me gusta que nos re-encontremos por aquí. ¡un placer contarte como lector!