Lo único permanente hoy en día es el cambio. Todo lo demás está en transformación. ¿qué podemos hacer nosotros para enfrentarnos a ese cambio? Pues acoger el cambio con ilusión es la única solución. Reinventarnos. Y preguntarnos mucho. La única forma de encontrar respuestas a nuestras preguntas es preguntándonos. El silencio es el mayor enemigo de la acción.
El coaching ontológico parte de una premisa básica: las palabras no son meramente descriptivas : llevan a la acción de las personas que las escuchan. Por eso, cuando me preguntan en qué consiste el coaching ontológico en el que me he formado siempre digo lo mismo: escuchar empáticamente y hacer preguntas poderosas.
Pero ¿qué es esto de las preguntas poderosas? Son preguntas que te invitan a cambiar de observador, a hacerte ver que puedes encontrar otro punto de vista a tu problema o reto. El proceso de coaching ejecutivo es una conversación en el que el coach logra que su coachee (cliente) vea lo que no está viendo, y con esa nueva mirada, modifique sus acciones, aprenda, y sobre todo , obtenga distintos resultados.
Dentro de las preguntas poderosas, podemos citar algunas de las que usamos frecuentemente según las competencias que estemos aplicando en el proceso. Por ejemplo, en el establecimiento del acuerdo son fundamentales las que se dirigen hacia el reto “ ¿en qué quieres trabajar hoy?” , o a explicar el mismo .
Dentro de la competencia establecer la relación, aquí podemos preguntar cosas tales como «¿alguna vez conseguiste tu reto? ¿me puedes volver a repetir lo que has dicho porque no he logrado entenderte del todo?» (mostrando vulnerabilidad)
En la escucha activa, debemos realizar preguntas que vayan más allá del lenguaje: «Percibo en tus ojos rabia con lo que me estás contando ¿estoy equivocado?«
Cuestionando con fuerza implica “remover” un poco a tu coachee de su estado normal: «¿Qué te dices cuando te lo planteas y no lo haces? ¿Cómo crees que serías percibido por tu entorno?«
En la comunicación directa , podemos hacer cuestiones que vayan relacionadas con la propia comunicación, por ejemplo: “Tengo la sensación de que te incomoda hablar de este asunto, ¿es así?” Se pueden utilizar metáforas o usar las que trae el propio cliente / coachee en la sesión.
Creando conciencia con el cliente se consiguen mediante preguntas del estilo «¿estás aprendiendo algo nuevo con esto que me has contado? ¿lo puedes aplicar en otras facetas de tu vida? ¿Qué sabes ahora de ti que antes no sabías?«
Por último, en la parte referente a la gestión de las acciones , debemos realizar preguntas que vayan encaminadas hacia lo que nuestro cliente va a hacer diferente. Por ejemplo : “ con lo que has aprendido , ¿qué vas a hacer diferente? “ “ ¿qué estás dispuesto/a a hacer de aquí a la próxima semana? ¿cómo vas a medir la consecución del reto?…”
Como dijo uno de mis profesores, en los procesos del coaching ontológico, fijar el reto es el 80%, y el 20% restante es escuchar activamente .
Escuela Europea de Coaching
Las preguntas poderosas nos ayudan a hacer ver a nuestros clientes que existen nuevas maneras de ver la misma realidad. ¿quieres tu también dar el paso y ver una nueva realidad? Pues contacta conmigo y estaré encantado de ayudarte.