La pandemia lejos de incrementar la tasa de separaciones y divorcios en España , ha provocado una disminución sin precedentes. La convivencia no deseada, el reparto de responsabilidades, o simplemente tener de frente a la persona tal y como es las 24 horas del día hace que aprendamos a respetarnos y a querernos más. Porque cuando se rompe la rutina (como en el teletrabajo), o cuando la rutina se hace demasiada rutina ( como venimos teniendo en el último año), no nos queda más remedio que aceptar la situación tal y como es.
Cuando se habla de infidelidad inmediatamente tendemos a pensar exclusivamente en la infidelidad sexual. Pero se puede ser infiel de muchas maneras: con tu pareja, con un amigo, o con la empresa que te ha acogido en los últimos años. Ahora bien, la infidelidad no es algo que tenga su origen en un golpe repentino de la historia. Ni siquiera viene provocada por un flechazo con fuegos artificiales. La infidelidad es un hecho que tiene su origen en una serie de acontecimientos previos que provocan ese engaño temporal o permanente.
Todavía recuerdo la emoción que provocaba la llamada de los headunters cuando estaba trabajando en las multinacionales. Por un lado, pensaba que el mero hecho de escuchar una oferta y saber «qué se cocía en el mercado» no era malo. Pero por el otro siempre me preguntaba a mi mismo qué era lo que me llevaba a actuar así. Y siempre siempre podría encontrar razones de sobra para invitarme a ser infiel, pero también para lo contrario. ¿es la infidelidad algo malo siempre?
Históricamente la infidelidad ha sido concebida como algo malo, algo que produce culpa.
Pero la infidelidad ha existido desde los comienzos de la historia. Hoy en Occidente nos dejan escoger nuestras parejas, nuestros amigos, nuestros trabajos. Esa libre elección tiene como contraprestación una responsabilidad adquirida. Pero … ¿es esta responsabilidad adquirida algo que tiene que perdurar eternamente? Soy de los que piensa que idealmente debería ser así . Pero que en la ecuación de la vida nada es fijo, todo es variable.
¿qué falta en una relación, sea del tipo que sea, para que se produzca una infidelidad? Desprecio, abandono, odio, falta de amor y cariño, ausencia de objetivo común… muchas pueden ser las causas de una infidelidad. Claramente cuanto más justificada esté la infidelidad por haber mantenido en el tiempo cualquiera de las causas, menos culpa produce. La traición siempre duele. Y suele venir provocada siempre por una falta de comunicación.
La ausencia de comunicación prolongada en el tiempo es una de las causas más habituales de las infidelidades personales y profesionales.
Muchas veces, y dado que estoy especializado en el coaching empresarial, no hemos dedicado tiempo a preguntar a nuestros colaboradores acerca de su estado emocional. O si se lo hemos preguntado, no hemos tomado medidas para mejorarlo. Numerosas han sido las veces que he invertido tiempo en encuestas de clima o las evaluaciones de 360 grados, sin que los resultados de dichas encuestas provoquen cambio alguno. En las relaciones personales ocurre algo parecido. Se veía venir…
Soy de los que piensa que cuando alguien ha tomado la decisión de cambiar de empleo, de ser «infiel a un proyecto» , no debe aceptar contraofertas. Porque cuando la relación se rompe , es difícil recomponerla. Aun así, hay mucha gente que cree que merece la pena perdonar una infidelidad e investigar sus causas para proponer un plan de acción.
El divorcio personal o profesional tiene que ser una opción pero no tiene por qué ser la única opción.
¿Pero por qué no empezamos a trabajar la relación desde antes que se produzca la ruptura? ¿por qué no pedimos tiempo de calidad con nuestra pareja o nuestro jefe? La empresa en la que trabajamos ¿permite que la gente se muestre vulnerable y sea capaz de verbalizar aquello que no le gusta?
Si la gente pusiera un uno por ciento de la creatividad que se pone en cualquier relación paralela, nos iría mucho mejor.
Diego Antoñanzas, coaching ontológico
Muchas de las sesiones de coaching que realizo tienen como objetivo buscar la retención profesional. Son numerosos los clientes que me hablan de la baja retención en la empresa y en los puestos. ¿tiene que ver con el mercado? ¿o no hemos sabido cómo enamorarles? ¿cuándo fue la última vez que preguntaste «cómo te encuentras»? ¿por qué nos empeñamos en buscar causas de la infidelidad en factores externos y no nos paramos a pensar qué podemos hacer nosotros?
¿y si al final de todo , cuando ya hemos analizado las causas, vemos que no hay marcha atrás? Pues habrá que aceptarlo. No importa cuales hayan sido las causas de la infidelidad; todas las situaciones son únicas y requieren de un estudio individualizado. Pero si se toma la decisión de romper, sea unilateral o mutua, debemos también asumir la aceptación y la responsabilidad.
No hay mayor forma de enganche personal que el rencor como falta de aceptación. Incluso mayor que el amor.
¿y tú? ¿aceptarías una infidelidad? ¿eres de los/las que piensan que nada depende de nosotros?