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Cómo ayudar a un amigo que lo está pasando mal

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Las noticias mundiales no son nada halagüeñas. A la situación que parece que no acaba del Covid, esta semana hemos unido las terrible guerra entre Rusia y Ucrania . De Guatemala a Guatepeor. Parece mentira el mundo que nos ha tocado vivir. Por eso, y siempre y cuando estemos fuertes, es tiempo de ayudarnos los unos a los otros. Hoy quiero contarte mis secretos y trucos sobre cómo ayudar a un amigo que lo esté pasando mal.

A veces, cuando el dolor está afectando de forma intensa, es difícil saber lo que hacer o lo que decir cuando alguien lo está pasando mal. Una pérdida de un ser querido, una ruptura reciente, el despido de un trabajo, o una mala situación económica . Muchas de estas situaciones seguro que las has vivido muy de cerca y no siempre sabes qué hacer ante la persona que lo está padeciendo. De toda la vida se ha dicho que un problema compartido es algo menos problema, pero está claro que a veces escuchar no es lo único que puedes hacer. Aunque estoy seguro que el acompañamiento, aunque sea en silencio, ya hace mucho.

Hay momentos donde se respira tanto dolor en el ambiente que te quedas como congelado, sin saber qué decir ni qué hacer para que esa situación no empeore. Por mucho que conozcas a esa persona, el dolor es muy individual y particular de cada persona. Así que si te preguntas cómo ayudar a un amigo en una situación difícil la solución no siempre es fácil ni aplicable a todo el mundo, pero por intentarlo no pierdes nada.

Mi primera recomendación es que te presentes allí donde esté. Los consuelos virtuales no funcionan también como un abrazo real sentido. Ahora que nos dejan vivir un poco más juntos que hace unos meses, debemos aprovechar y abrazarnos más.

Lo peor que puedes hacer es quitar importancia al problema de tu amigo, a SU problema. Si de verdad quieres saber cómo ayudar a un amigo en esa situación, empieza por aceptar su importancia.

Cada circunstancia es particular de cada uno. Por eso a veces frases como » no es para tanto » , o » deja de llorar que ya verás cómo todo se va a solucionar», no hacen sino empeorar las cosas. La persona tiene que pasar su duelo, debe sentir su dolor para que pase cuanto antes. Pero tiene que permitirse sentirlo y puede hacerlo acompañado de ti. Lo mejor que puedes hacer es escuchar , empatizar , y decirle que entiendes perfectamente su problema.

Desarrolla una curiosidad infinita. Muchas veces el dolor de alguien se mitiga cuando le preguntas con interés en conocer de fondo su problema. No se trata de sentir lo mismo, sino de intentar averiguar su dolor, el origen del mismo y las vías de escape. Eso es lo que solemos hacer en el coaching ejecutivo, ser curiosos con nuestros clientes para que ellos mismos sean capaces de encontrar soluciones a sus retos después de responder a nuestras preguntas.

Una buena técnica es la que se aplica en el coaching con la escucha activa, que permite ver la comunicación no verbal (además del mensaje) y que parafrasean (espejan) sus mismos mensajes para lograr que el cliente vea que le entendemos y que estamos deseosos de conocer más de su propia historia.

Ojo con iniciar la conversación con una frase del estilo «todo es para bien, todo ocurre con algo».

Es muy importante que destines tiempo a entender SU problema , es decir que desarrolles al principio más tu lado cognitivo y al final el emocional. Es tan sólo en el lado emocional cuando puedes ayudar mediante la construcción de entornos positivos que derivan de la propia situación, pero no al principio. OJO, no deberías , al igual que en el coaching, recomendar nada. Debe ser la propia persona quien de forma unilateral encuentre una solución a su problema. Si tomáramos las riendas, estaríamos sobre protegiendo a esa persona y puede que se sienta inútil y empeorar más la situación.

Acompañar el duelo junto a la persona que lo está pasando es necesario. Pero no tienes por qué pasar el duelo tú también. Soy de los que cree en las neuronas espejo como una de las formas más automáticas para empatizar. Pero corres el peligro de empatizar demasiado y que caigáis los dos en una depresión profunda. Todo en su justa medida. Todo en su justo tiempo.

Soy consciente tras leer el artículo que no siempre es tan fácil. Que al final las circunstancias marcarán la actitud a llevar en cada momento. Pero también pienso que el acompañamiento a alguien que está sufriendo debería ser algo de lo que nunca deberíamos dudar. Porque estoy seguro que cuando nos pase a nosotros mismos, querremos estar rodeados de los que nos quieren. Así que a veces lo mejor es llegar, callar, y estar a su lado. Nada más, pero nada menos.


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