Estamos en la época de las fake news. Nunca jamás en la historia de la comunicación las noticias habían sido tan alteradas. A veces voluntariamente , otras por inercia y contagio. En la gestión y control del Covid-19 no sabemos a quien creer. Juegan con las cifras y el impacto, las suben y bajan a su antojo. Y lo que es peor, la mayor parte de los medios de comunicación están dominados por una clase política – toda ella, de todos los colores – manipuladora e interesada.
La mentira , o el no decir toda la verdad de forma interesada, ha pasado a formar parte de nuestra cultura. Estamos más que acostumbrados a escuchar información que posteriormente se desmiente, sin que por ello produzca ninguna dimisión ni corrección por parte de quien emitió dicha mentira. Esto tiene unas enormes consecuencias, porque estamos acostumbrándonos a aceptar la información tal y como nos llega, sin preocuparnos por buscar eternamente la verdad.
Esto también ocurre a nivel personal. Nos han educado a ser políticamente correctos y ante la oportunidad de ser sinceros y enfrentarnos a un problema concreto, huimos hacia los cerros de Úbeda y vamos alimentando la mentira una y otra vez. No solo a nivel personal, sino principalmente en los entornos laborales. Huimos del conflicto y vamos dejando pasar oportunidades de contar y decir la verdad. De expresar juicios de valor que pueden destruir al otro, pero también pueden ayudar a construir una relación duradera. ¿cuántas veces nos hemos enfrentado con gente de nuestro equipo cuyo rendimiento era manifiestamente mejorable y no les hemos dicho nada? Sabemos incluso que dentro del departamento alguno de nuestros paralelos difaman información sobre nosotros nada contrastada. ¿por qué no nos enfrentamos a la verdad?
En materia de coaching ejecutivo , intentamos siempre buscar la verdad que hay detrás de una decisión de nuestros clientes , de sus prejuicios o de sus creencias interiorizadas.
No os hacéis la idea la cantidad de veces que los problemas crecen infinitamente porque no nos hemos atrevido a decir la verdad, a utilizar la sinceridad como forma de empatía con los nuestros. Tenía una compañera de trabajo que jamás presentaba cifras malas de las ventas. Siempre buscaba un dato, por pequeño que fuera, para centrar su comunicación. Y todos conocíamos la verdad que había detrás de su excel, pero nunca nos atrevíamos a echárselo en cara. ¿cultura, educación, o miedo?
Decir la verdad es una manera de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas.
Decir la verdad nos hace más humanos , más cercanos y nos permite relacionarnos más y mejor con las personas a las que queremos o con las que tenemos un proyecto en común ( como el trabajo ). Ahora bien, una cosa es la sinceridad y otra el sincericidio. Hay veces que por ser demasiados sinceros tocamos emociones difíciles de gestionar. Y aquí es donde es fundamental aplicar la sensibilidad en todo lo que decimos, en cómo lo decimos, en cuándo, en donde, en la preparación previa…
Cuántos problemas pasados fueron evitados por decir y sobre todo por escuchar la verdad. Hoy solo quiero rodearme de gente que me diga la verdad, me ahorrarán tiempo, disgustos y ganaré mucho en mis relaciones sinceras con los demás y conmigo mismo. Y tú ¿ estás dispuesto/a a escuchar la verdad, aunque duela?
LIKE
Todo lo que está fundado o construido en falsedades a medias o totales, siempre terminará no sólo por destruir ese engendro, sino que también a quienes creyeron.
Descubrí una mentira de un compañero de trabajo, el decia que era profesional, pero por esas situaciones de la vida me enteré que mentía, ante tan grande mentira, decidí hablar con el jefe, medio mundo se me vino encima y mis compañerops de trabajo se me vineiro encima, proetegieron al mentiroso a pesar de todo el daño que le hizo a la empresa, hasta mi novia me dejó, estamos tan acostumbrados en nuestra sociedad a la mentira que se castiga fuertemente a quien dice la verdad? donde esta la ética? asi de podrida está la sociedad que se premia al mentiroso y se castiga a quien ha dicho la verdad? así las cosas, puedo decir que soy médico y las personas me cuidan por mentiroso? es muy triste lo degradada que está la sociedad.
Perdí familia y amigos por decir la verdad, hijos que me dejaron de hablar por decirles que su mamá tenía un amante, perdí amigos por encararlos por sus traiciones a sus esposas, en esta sociedad podrida la mentira es lo que gobierna y en verdad más vale sólo que mal acompañado, la gente al final se dará cuenta que la verdad es lo que debe de regir nuestras vidas.
. Las mentiras causan desconfianza, afectan negativamente a los demás y a la larga y también perjudica al que miente