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comprar felicidad con dinero
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Esta pasada semana tuve una llamada desde una televisión de Miami. Me requerían para una entrevista por ZOOM (ya me hubiera gustado que fuera real) , para hablar sobre la relación entre felicidad y dinero. Y me puse a prepararme la entrevista abriendo una sala en ClubHouse. No pude quedarme más asombrado con muchas de las intervenciones de la gente. ¿realmente el dinero puede ayudar tanto como algunos creen a incrementar tu felicidad?

Sigo pensando que la pandemia nos va a dejar más locos de lo que ya estábamos. Y un reciente artículo del NYTimes me lo confirma. Comprar felicidad de forma responsable es posible. Me sigue llamando la atención que incluso poniendo la frase » de forma responsable » lleguemos a creernos que existe una relación directa entre dinero y felicidad. Aunque en un principio nadie duda que la satisfacción de determinadas acciones se incrementa con la compra de experiencias u objetos, la ciencia afirma que mantener esa creencia en el tiempo puede ser peligroso.

El artículo es curioso porque analiza que la felicidad está muy relacionada con el poder. Y en mi opinión intentar «tapar» la palabra dinero con el uso de la palabra «poder» es una falacia. Puedo estar de acuerdo en que es necesario un mínimo de salud, de casa, de disfrute, de amigos, de vacaciones. Pero la curva que relaciona satisfacción y dinero tiene una pendiente peligrosa hacia abajo a partir de un determinado momento. Y lo realmente difícil es saber cuándo dejar de pensar en dinero como causa inmediata de la felicidad.

Puedo estar muy de acuerdo que la acumulación de bienes materiales no produce felicidad, de hecho te la quita. Siempre puedes comprar un coche más potente, más grande, más lujoso. También me fusta la forma de pensar que relaciona «experiencia que no se puede repetir» con «mayor entusiasmo y satisfacción». Pero muchas veces, y aquí viene lo importante, nada tiene que ver el que no se pueda repetir con el que cueste mucho dinero. Y ahí radica nuestra diferencia como seres humanos…

Saber encontrar esas experiencias únicas y difícilmente irrepetibles a coste cero o casi cero es lo que nos hace felices.

¿pero dónde están esas experiencias? Pues mucho más cerca de lo que te imaginas. Poder ir a recoger a tus hijos el día de fin de curso, asistir a un concierto de tu cantante favorito, o darte un viaje a la vuelta de la esquina y descubrir ese museo que dejas siempre para otro día. Siempre que vayas acompañado/a, la satisfacción es doble. Si además se tratan de experiencias, de emociones, de sentimientos, mucho mejor. Nada de productos fungibles, compra momentos con dinero o gratuitos. Son los que más permanecen en la mente.

El secreto está siempre en disfrutar del presente, del aquí , del ahora, de lo que tengas en este mismo instante. Y cuando se trate de buscar, hazlo en el mundo de las experiencias, de las emociones. No busques objetos, busca alguien a quien quieras y disfruta de cada segundo, de cada momento, cueste o no dinero. A mi , al menos, me funciona ¿ por qué no pruebas a hacerlo ?

P.d. Si quieres ver la entrevista que tuve en la televisión de Miami, puedes verla aquí.


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