Hace algunos años, empezó a llegar la moda de adquirir un coach por horas. Los grandes directivos en España tenían una hora a la semana para compartir, exponer y discutir todo aquel problema que hubiera tenido en la empresa con alguien completamente ajeno a ella. En los últimos años el concepto de coaching empresarial ha evolucionado mucho, y afortunadamente los coaches ya no somos – o no solo – los paños de lágrimas de los líderes corporativos. Ayudamos y enseñamos a muchas personas ( no sólo jefes ) a mejorar su vida personal y profesional acompañándoles en la resolución de sus retos y desafíos. Pero … ¿qué es eso de acompañar?
Muchas personas que han sido clientes de un proceso de coaching se atreven a llamarnos los «paraqués». El motivo principal radica en la curiosidad con la que preguntamos. Esta curiosidad forma parte del proceso que ayuda a encontrar soluciones a los «problemas» que nos plantean.
El coaching ejecutivo es una práctica cada vez más normal en cualquier profesional a lo largo de su carrera.
Al igual que cuidamos de nuestro físico, a veces nuestra mente requiere de una introspección donde encontremos salida a algunos de los retos que nos planteamos. El coaching ejecutivo se trata de un proceso de acompañamiento personalizado. Está enfocado en el desarrollo de habilidades y capacidades en el ámbito profesional. El principal objetivo debe ser el aprendizaje.
En primer lugar en el coaching ejecutivo no recomendamos nada; tampoco somos psicólogos ni hemos estudiado para ello. El objetivo principal del coaching ejecutivo es ayudar a los profesionales a alcanzar sus metas y mejorar su desempeño, a través de un proceso de reflexión, autoconocimiento y aprendizaje. El coach ejecutivo actúa como un facilitador del proceso, ayudando al coachee a identificar sus fortalezas y debilidades, establecer objetivos claros y diseñar un plan de acción para lograrlos. Todo se realiza de forma estrictamente confidencial, ambiente necesario si queremos lograr resultados efectivos en el proceso.
El coaching ejecutivo suele comenzar con una sesión inicial en la que el coach y el coachee se conocen. Allí establecen los objetivos del proceso. Cuanto más definido esté el objetivo que hay que conseguir más fácil será lograrlo. A partir de ahí, se suelen realizar sesiones periódicas una hora de duración. En estas sesiones el coach trabaja con el coachee para identificar y superar los obstáculos que puedan estar impidiéndole alcanzar sus metas.
Desde el coaching se pueden abordar una amplia variedad de temas: desde la gestión del tiempo y el liderazgo, hasta el desarrollo de habilidades de comunicación y la resolución de conflictos. En cualquier caso, el coach ejecutivo trabajará con el coachee para identificar los comportamientos del cliente que están impidiendo el éxito, y para diseñar estrategias para superarlos.
Una de las principales ventajas del coaching ejecutivo es que se trata de un proceso altamente personalizado.
El coaching difiere de los programas de formación o de las consultorías. Se enfoca en las necesidades y objetivos específicos de cada profesional. Esto permite que el coachee tenga una experiencia de aprendizaje mucho más profunda y efectiva. Se trata de un proceso adaptado a sus necesidades y a su propio ritmo de trabajo.
Además, el coaching ejecutivo también puede ser muy efectivo. Especialmente para mejorar la motivación y el compromiso de los profesionales con su trabajo. Al trabajar en el desarrollo de habilidades y competencias, los profesionales suelen sentirse más seguros y capaces en su trabajo. Esto les lleva adquirir un mayor compromiso y motivación a la hora de ir a trabajar cada día. Y de levantarse cada mañana.
Muchas empresas españolas están ofreciendo como parte del sueldo coaching ejecutivo porque son conscientes del beneficio que produce en la organización y en las personas.
Otro beneficio del coaching ejecutivo es que puede tener un impacto muy positivo en la cultura y los resultados de la organización. Al mejorar el desempeño de los profesionales, el coaching ejecutivo puede ayudar a aumentar la productividad y la eficiencia de la empresa. Además, el coaching ejecutivo también puede tener un impacto positivo en la cultura de la organización, fomentando la colaboración, la creatividad y la innovación. Incluso fomenta , en el caso de coaching de equipos el trabajo en conjunto.
Aunque el coaching ejecutivo puede ser muy beneficioso, es importante tener en cuenta que no todas las personas son candidatas para este tipo de proceso. El coaching ejecutivo requiere de un alto nivel de compromiso y disposición por parte del coachee, así como de una apertura y disposición para el cambio. Lógicamente esto se produce cuando la confidencialidad está asegurada y el coachee comparte sus emociones y comportamientos con total libertad de no ser juzgado por ello.
Tengo clientes de todo tipo, desde personas que quieren perder el miedo y ganar confianza a la hora de hablar en público hasta consejeros que comparten la lucha de egos y sus dificultades a la hora de ejercer su labor en la gran empresa. Todos somos personas, y parto de la aceptación total de la persona que se sienta frente a mi, comparte algo que le preocupa, y yo me limito a ayudarle/la a resolver eso tan difícil para lo que hoy no ve solución. Muchas veces los síntomas no reflejan el verdadero problema. Y en eso de la escucha empática y la aceptación me considero un buen profesional. ¡no dudes en llamarme si crees que puedo ayudarte!